Thursday, July 28, 2005

México visto desde fuera (I)

México visto desde fuera (I)
José Miguel Cobián
Hace un par de días, tuve la oportunidad de platicar con una dama española, recién llegada a nuestro país, quien no entendía nada de nuestra extraña realidad, en la cual nada es lo que debiera o lo que parece. Me vi en la penosa necesidad de explicarle algunas cosas que suceden en México, para que pudiera entender como es posible que un país tan rico, tenga unos servicios públicos tan mediocres y una población tan mal atendida por sus gobernantes.Primero tuve que explicarle que México no es una democracia, y que nosotros no hemos salido de la dictadura que nos tiene sometidos, porque ella pensaba que aquí había pasado lo mismo que en España después de Franco. Para que me entendiera, le comenté que en una democracia, el voto es LIBRE Y SECRETO, y los ciudadanos saben que uso le dan a su voto en una elección. En México, por el contrario, el sólo el voto de algunos privilegiados es libre y secreto, pues una gran parte de la población vota coaccionada por la necesidad. La coacción del voto se da mediante el corporativismo que controla cada partido, con la presión al ciudadano de que si no vota por tal persona o partido, perderá una serie de beneficios que le han hecho pensar que son dádivas gubernamentales y no derechos personales. Por ejemplo, habría que citar aquéllos que votan conforme su líder les indica para no perder su trabajo, o su terreno y casa donde habita, o su lugar en la calle, o lo que es peor, ser corridos de su organización y enfrentarse solitos a un gobierno corrupto y represivo. Otro ejemplo fue la compra del voto mediante dinero en efectivo, regalitos, despensas y hasta vales despensa. Pude demostrarle con un mail que hace tiempo me envió algún amigo panista, como es que se hacen algunos de los trucos más comunes para estar seguros de que alguien vota por determinado partido político. Al final creo que logré mi objetivo y le demostré que México no es una democracia, salvo como imagen para el exterior. Aquí no podemos votar por cualquier persona, ni puede ser electo cualquier ciudadano, pues siempre depende de que un partido lo postulo, y los votantes eligen exclusivamente de entre un grupo elegido previamente por los partidos políticos, pero nunca de entre el universo de todos los ciudadanos disponibles.Luego le expliqué que en México la partidocracia se ha convertido en un gran negocio, pues los que controlan los partidos políticos tienen acceso a enormes cantidades de dinero del erario público, que ellos mismos se han aprobado, mediante el voto de sus diputados en el congreso federal. De ahí partí para explicarle que los diputados normalmente no defienden los intereses de sus votantes, sino los del partido que los llevó al poder, pues sólo así pueden continuar su carrera política. Y le di el ejemplo de un diputado que ofreció no votar a favor del IVA en alimentos y medicinas, pero cuando resultó electo, se olvidó de su promesa en beneficio de los intereses de su partido.Cuando ya le quedó claro que no tenemos representantes populares, sino representantes de partido, salvo muy honrosas excepciones, comencé a explicarle todas las desgracias de los sectores productivos en este país. Por ejemplo, que la gasolina, la electricidad y cualquier factor de la producción, son mucho más caros en México que en Estados Unidos, cuando menos un 25% más caros, y esa es una de las razones por las cuales resulta muy difícil competir con el extranjero, a pesar de los múltiples tratados de libre comercio que ha firmado nuestro país.Le sigo mañana amable lector, para ver si tú me ayudas a explicarles a los extranjeros que preguntan, porque México no es lo que parece.jmce@mexico.com

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